En 1932 una expedición arqueológica china descubrió, en las regiones montañosas del Tibet, una serie de cavernas artificiales talladas en la roca, que contenían los restos de pequeños seres humanoides. El profesor Xian Chi, líder de la expedición, describió estos pequeños esqueletos como de apariencia casi humana, pero de muy baja estatura, no más de 50 cm, y cráneos excesivamente grandes para su tamaño, lo que revelaría una capacidad cerebral superior al ser humano, conocidos como los Dropa por las tribus locales.
Pero no fueron sólo esqueletos lo que se encontró alli. Perféctamente ordenados, apilados unos sobre otros, se hallaron unos 300 discos de piedra tallada. Xian Chi, en su posterior informe, relató que los discos tenían unos 30cm de diámetro, y se destacaban por poseer un agujero perfectamente redondo en el centro, de exactamente 2cm de diámetro. La expedición del profesor Chi llevó todos estos artefactos, discos y esqueletos, inmediatamente a Pekin, donde se le realizarían exhaustivos análisis científicos.
Estas investigaciones, realizadas en conjunto por China y la Unión Soviética, arrojarían resultados increíbles. Análisis de carbono 14 realizados a los discos de roca revelaron que estos tenían una antigüedad no menor a los 12.000 años, mucho más antiguos que las pirámides de Egipto. Otro hallazgo sorprendente fue descubrir que los agujeros del centro poseían, medidos con herramientas de presición láser, exáctamente 2,0453cm. Todos y cada uno de ellos tenían exactamente la misma medida, algo que es absolutamente imposible de realizar con herramientas de la edad de piedra, hace 12.000 años.
Pero lo mas sorprendente de los discos era una especie de surco en espiral, como el de los discos actuales utilizados para grabar y reproducir sonido. El profesor Huan Si Yan, a cargo de la investigación de los discos, describió en su informe que en los surcos, aunque sólo utilizando un microscopio, se podía leer una serie de caracteres. Huan Si tardó 12 años en copiar estos carácteres para luego intentar descifrar su contenido. Tras años de investigación, el profesor Huan Si Yan publicó un informe en donde aparecía la traducción del mensaje de los discos. La historia cuenta que hace 12000 años una nave extraterrestre, proveniente del sistema solar Snusci, se estrelló en las montañas del Tibet. Varios de sus tripulantes perdieron la vida, pero la mayoría, unos 20 individuos ,sobrevivieron. Imposibilitados de contactar a su planeta natal para solicitar un rescate, los alienígenas tuvieron que instalarse en el planeta Tierra, adaptándose de la mejor forma posible. La historia no termina allí, pues el informe de Huan Si continúa relatando como los alienígenas, que hicieron contacto con tribus locales de la montaña, se entremezclaron con estos, llegando a reproducirse unos con otros, creando una nueva especie híbrida, que posiblemente aún habite en las recónditas montañas del Tibet.
¿Pero hay alguna evidencia de que existan estos discos? ¿En dónde se encuentran en este momento? En 1965, Lubomir Clodzsky, un dentista polaco, que se encontraba de vacaciones en China, vio en exhibición en un museo un disco sospechosamente similar a los discos de los Dropa. Tras sacarle una fotografía (derecha) preguntó a uno de los guías que era este objeto. El guía le relató vagamente la misma historia que aparecía en el informe de Huan Si. Días más, tarde cuando Clodzsky regresó al museo el disco había sido retirado de la vista del público, y tampoco pudo hallar al guía que le había relatado la historia.
Desde entonces el paradero de los discos Dropa es desconocido. Se cree que algunos fueron llevados a Moscu, en la antigua Union Soviética, y que seguirían allí, ocultados a la vista del público. Otras versiones aseguran que los discos fueron destruidos durante la revolución cultural de Mao Zedong, en cuyo caso la historia de los Dropa se habría perdido para siempre.
Estas investigaciones, realizadas en conjunto por China y la Unión Soviética, arrojarían resultados increíbles. Análisis de carbono 14 realizados a los discos de roca revelaron que estos tenían una antigüedad no menor a los 12.000 años, mucho más antiguos que las pirámides de Egipto. Otro hallazgo sorprendente fue descubrir que los agujeros del centro poseían, medidos con herramientas de presición láser, exáctamente 2,0453cm. Todos y cada uno de ellos tenían exactamente la misma medida, algo que es absolutamente imposible de realizar con herramientas de la edad de piedra, hace 12.000 años.
Pero lo mas sorprendente de los discos era una especie de surco en espiral, como el de los discos actuales utilizados para grabar y reproducir sonido. El profesor Huan Si Yan, a cargo de la investigación de los discos, describió en su informe que en los surcos, aunque sólo utilizando un microscopio, se podía leer una serie de caracteres. Huan Si tardó 12 años en copiar estos carácteres para luego intentar descifrar su contenido. Tras años de investigación, el profesor Huan Si Yan publicó un informe en donde aparecía la traducción del mensaje de los discos. La historia cuenta que hace 12000 años una nave extraterrestre, proveniente del sistema solar Snusci, se estrelló en las montañas del Tibet. Varios de sus tripulantes perdieron la vida, pero la mayoría, unos 20 individuos ,sobrevivieron. Imposibilitados de contactar a su planeta natal para solicitar un rescate, los alienígenas tuvieron que instalarse en el planeta Tierra, adaptándose de la mejor forma posible. La historia no termina allí, pues el informe de Huan Si continúa relatando como los alienígenas, que hicieron contacto con tribus locales de la montaña, se entremezclaron con estos, llegando a reproducirse unos con otros, creando una nueva especie híbrida, que posiblemente aún habite en las recónditas montañas del Tibet.
¿Pero hay alguna evidencia de que existan estos discos? ¿En dónde se encuentran en este momento? En 1965, Lubomir Clodzsky, un dentista polaco, que se encontraba de vacaciones en China, vio en exhibición en un museo un disco sospechosamente similar a los discos de los Dropa. Tras sacarle una fotografía (derecha) preguntó a uno de los guías que era este objeto. El guía le relató vagamente la misma historia que aparecía en el informe de Huan Si. Días más, tarde cuando Clodzsky regresó al museo el disco había sido retirado de la vista del público, y tampoco pudo hallar al guía que le había relatado la historia.
Desde entonces el paradero de los discos Dropa es desconocido. Se cree que algunos fueron llevados a Moscu, en la antigua Union Soviética, y que seguirían allí, ocultados a la vista del público. Otras versiones aseguran que los discos fueron destruidos durante la revolución cultural de Mao Zedong, en cuyo caso la historia de los Dropa se habría perdido para siempre.
1 comentarios:
buebuen ala info
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