En abril de 1977, a unos 45 kilómetros de las costas de Nueva Zelanda, el barco pesquero japonés Zuiyo Maru atrapó en sus redes el cuerpo en descomposición de una criatura que los experimentados pescadores jamás habían visto en su vida.
Sin embargo, al estar en estado de descomposición, transportarla para luego ser analizada podía contaminar la pesca que ya estaba a bordo, por lo que el capitán Tanaka decidió devolver el cuerpo al océano. Pero antes le tomó unas cuantas fotografías.
Hasta ahora ningún científico ha podido identificar a la criatura como algún animal conocido. Sin embargo, algunos estudios, asi como el largo cuello y las aletas, indicarian que se trata del cuerpo de un plesiosaurio, un dinosaurio marino que se creía extinto hace 70 millones de años. Pequeñas muestras de tejido que el capitan guardó para ser examinadas demostrarían esto, ya que análisis efectuados en Europa y Japón corroborarían que se trataba de un enorme reptil marino.
Hasta ahora ningún científico ha podido identificar a la criatura como algún animal conocido. Sin embargo, algunos estudios, asi como el largo cuello y las aletas, indicarian que se trata del cuerpo de un plesiosaurio, un dinosaurio marino que se creía extinto hace 70 millones de años. Pequeñas muestras de tejido que el capitan guardó para ser examinadas demostrarían esto, ya que análisis efectuados en Europa y Japón corroborarían que se trataba de un enorme reptil marino.
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